jueves, 27 de agosto de 2009


Mi día triste, quiso mi brazo izquierdo al derecho ayudar, adueñándose del pincel. Se movió al ritmo del viento dejando un abanico de color. Fue cambiando la pena por la primavera.
Éste cuadro se lo regalé a mi madre, mi tesoro.



1 comentario:

  1. AL FIN ENCONTRÉ LO QUE BUSCABA: LA GRANDEZA DE UN ALMA DETERMINADA. GRACIAS.

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